Buenos Aires, 16 mar (dpa) – Los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales de los países del G20 se reunirán desde el lunes en Buenos Aires para debatir sobre los riesgos que enfrenta la economía global, la amenaza de una guerra comercial y la regulación de las criptomonedas para evitar su uso para el lavado de dinero y el financiamiento de actividades ilegales.
Será la primera reunión cumbre del G20 bajo la presidencia de Argentina y en la que se comenzarán a definir las propuestas que se debatirán en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se realizará a fines de noviembre. Tendrá lugar diez años después de la crisis de 2008, en la que el bloque negoció una respuesta coordinada para mitigar sus efectos y demostró que estas debacles ya no pueden superarse fácilmente de forma unilateral.
En la mesa del foro de gobernanza más poderoso del mundo en Buenos Aires se sentarán 29 ministros y 20 presidentes de bancos centrales de 19 potencias y países emergentes y la Unión Europea. También asistirán diez titulares de organismos internacionales, entre ellos la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
El primero de los cinco encuentros que tendrán los jefes financieros a lo largo del año tendrá lugar en medio de las tensiones por la decisión unilateral de Estados Unidos de aplicar aranceles adicionales a las importaciones de acero y aluminio.
«El resurgir del nacionalismo económico» pone a la economía global frente al riesgo de «una guerra comercial», advirtió a dpa el experto en economía y comercio Guillermo Valles Gamés, ex director de la UNCTAD. «Con el proteccionismo no va a ganar nadie», afirmó en tanto Lagarde al arribar a Buenos Aires.
La jefa del FMI afirmó que la economía mundial podría crecer un 3,9 por ciento este año, un poco más del 3,7 conseguido en 2017. «En términos generales la perspectiva es positiva. Es el momento justo para hacer las reformas que se tengan que hacer», subrayó Lagarde.
El clima de cauto optimismo por el crecimiento de la economía global enfrenta además otros desafíos, entre ellos el impacto de las nuevas tecnologías en el mercado de trabajo. La necesidad de generar un crecimiento más inclusivo se acentúa a medida que esta denominada cuarta revolución genera cambios estructurales.
Argentina propuso como uno de los temas centrales la inversión privada para saldar el déficit de infraestructura. El déficit mundial de infraestructura entre este año y 2035 será de 5,5 billones de dólares, según la consultora McKinsey, mientras que existirían unos 80 billones de dólares de activos financieros privados en disponibilidad. El punto a resolver será cómo facilitar el flujo de capital, que los países ofrezcan garantías jurídicas y estabilidad para atraer fondos privados a largo plazo y a la vez establezcan pautas para evitar abusos.
Varios países del G20 apuran en tanto un acuerdo para gravar la economía digital, en momentos en que se debate quién cobra qué en la cadena de valor y se reclama transparencia en el sistema impositivo global. Sin embargo, la Organización Mundial de Comercio (OMC) viene de un sonado fracaso en diciembre en su intento por avanzar en el debate sobre la tributación del comercio electrónico, mientras en la Unión Europea crecen los reclamos contra gigantes de Internet.
Otra preocupación creciente es la necesidad de una regulación financiera global de las operaciones con criptomonedas.
El FMI destacó que las criptomonedas impulsan la inclusión financiera al bajar los costos de operaciones y proporcionar nuevos métodos de pago. Pero su directora alertó de que también pueden tener «un lado oscuro»: su carácter anónimo las puede convertir en «un nuevo vehículo importante para el lavado de dinero y la financiación del terrorismo».
Argentina preside actualmente el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), por lo que podría darle renovado impulso en el organismo multilateral a las regulaciones que reclama el G20 para combatir el lavado de activos y la financiación del terrorismo.
Varios temas cruzarán el encuentro en Buenos Aires, en particular la tensión política entre las potencias por la cada vez más grave crisis diplomática con Rusia por el envenenamiento de un ex espía en el Reino Unido.
También preocupa la crítica situación financiera de Venezuela, bajo la amenaza de una gigantesca cesación de pagos pese a contar con las mayores reservas mundiales de petróleo, que podría tener fuerte impacto en la región.
La reunión de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales tendrá lugar el lunes y el martes en el Centro de Exposiciones y Convenciones de Buenos Aires, en una primera prueba para las medidas de seguridad que Argentina ensaya de cara a la cumbre de líderes del 30 de noviembre y 1 de diciembre, que traerá a Donald Trump y Vladimir Putin al Río de la Plata.
Por Cecilia Caminos (dpa)