Otoño es sinónimo de hojas caídas y también de los tonos ocres y tierra, pero es temporada de algunas de las frutas más útiles en la cocina.
¿Quién no huele el olor de la castaña asada y revive un recuerdo de su infancia? ¿Y el membrillo? Tan solo hace falta planificación para disfrutar de este tipo de fruto otoñal durante el resto del año. Y no solo en la cocina.
Ricas en vitaminas B3 y E, en minerales como el fósforo, magnesio, calcio o potasio y también con un 50% de agua, son aliadas perfectas para muchos usos.
La castaña y su recogida es fiesta para muchos rincones de nuestra península. De hecho, en Asturias, el amagüestu es una festividad tradicional que reúne a gran parte del Principado y que suele estar también muy vinculada con el homenaje a las ánimas.
Y una vez recogida, ¿qué se puede hacer con la castaña?
Obviamente uno de los primeros usos es asarla. La castaña asada, sobre todo en los fogones de las castañeras es una tradición a la que pocos renuncian durante estos meses.
Hay numerosas recetas de asados con castañas que sirven para calmar el apetito de los más exigentes. El asado de setas y castañas, más allá de ser además un aliado de cualquier dieta, es uno de los sabores otoñales más tradicionales.
La repostería es también otra de las aliadas de este tipo de fruto, que podría considerarse familia de los frutos secos. Una de las principales recetas de las reposteras artesanas es la de la mermelada.
La harina de castaña es un verdadero tesoro al que aún poca atención se le ha prestado ya que es la alternativa perfecta para los celíacos al no contener gluten.
El mundo de la cosmética poco a poco también está dando el salto a este tipo de ingrediente en algunas hidratantes gracias a sus propiedades. Recomendada para aquellas pieles con capilares dilatados y rojeces, sus beneficios actúan sobre el fortalecimiento de los vasos capilares y su efecto calmante.
La vitamina E líquida es también uno de los productos más populares que se obtiene de este ingrediente y que cada vez se ve en más mercados tradicionales y líneas de cosmética orgánicas.
En jabón, y sumado también a la avena, hidrata y nutre la piel evitando la sequedad tras su uso.
Pero no solo el fruto sirve, también la hoja del castaño, recolectada eso sí en primavera y dejada secar, es perfecta para las infusiones en época de resfriado y tos ya que ayuda a la expectoración. Los “erizos” que esconden el fruto, de hecho, son también utilizados en muchos medicamentos antidiarreicos.
V.J.G