Numerosos estudios han demostrado en la actualidad que el juego es una faceta del niño que resulta tremendamente beneficiosa para su desarrollo, de hecho, se considera un aspecto clave para que crezcan a nivel cognitivo, social y educativo de la manera más natural posible y se obtengan adultos creativos y capaces de desenvolverse con eficacia en la vida.
En un contexto tan amplio tienen su lugar todo tipo de juegos y juguetes, porque no solo se trata de aquellos que estimulan su capacidad al máximo, sino que otros tantos le ayudarán a desarrollar otras habilidades simplemente interactuando con sus iguales, cuando sus juegos se organizan en equipo o se establecen compañerismos dentro del campo imaginativo del juego.
Juegos de lógica
Hay excelentes juegos de lógica que potencian la imaginación creando composiciones. Es el caso por ejemplo de los puzles o piezas que se encajan sobre un dibujo, y más recientemente las figuras que se forman en 3D dirigido a un público algo mayor que sepan desenvolverse bien con las tres dimensiones espaciales.
Algunos juegos sencillos de palabras también podrían entrar en este apartado, estableciendo relaciones semánticas entre distintos conceptos. Por ejemplo, partiendo de la palabra pelota podríamos relacionar esta con fútbol y esta a su vez con jugador y después árbitro… es una manera excelente de que el niño desarrolle su vocabulario y sus competencias para asociar ideas y conceptos.
De construcción y bloques
¿Qué tendrán estos juegos que nos fascinan desde pequeños y nos siguen encantando aún de mayores? Desde pequeñitos empezamos con la actividad de encajar bloques, que desarrolla la imaginación de los niños, fomentando su creatividad y su capacidad de previsión, pues a medida que avanza y desarrolla su competencia en este juego, irá pensando qué sucede si emplea determinadas piezas en un lugar o si por el contrario opta por otras.
Deberá prever incluso si su construcción resistirá desde la base la estructura final a la que dará lugar o si, por el contrario, se derrumbará rápidamente o incluso antes de finalizar.
Pero como decíamos el juego de bloques no es solo una cuestión de niños pequeños, podríamos decir que con la edad incluso aumenta nuestra adicción, pues unimos la capacidad creativa que ofrecen los bloques, con nuestras sagas o personajes favoritos de cine y literatura, ejemplo clásico es lego star wars, una colección de la que podrá disfrutar toda la familia.
Y es que durante años, generación tras generación, hemos disfrutado de los juguetes Lego, al tiempo que nos han ayudado mediante las construcciones a desarrollar nuestra imaginación, creatividad, nuestra capacidad para la solución de problemas y las habilidades psicomotrices.
Tienen productos para todas las edades y todos los gustos, ofreciendo horas de diversión. Los más demandados actualmente son los ya mencionados de la saga Stars Wars y los de Spiderman, Batman y otros super héroes.
La plastilina y los picto-juegos
La plastilina es uno de esos materiales que fascinan a los niños desde su más tierna infancia. Con ellas recrearán su mundo interior moldeándolo a través de ella o tratarán de buscarle a sus obras similitudes con la realidad. Sin duda resulta un juego realmente divertido y estimulante que desarrolla la psicomotricidad fina y su concepto espacial en tres dimensiones.
Los juegos con picto-juegos tienen una base sencilla; se puede hacer un dibujo y pedir al pequeño que adivine de qué se trata o hacer el proceso justamente a la inversa, que el pequeño artista muestre su obra a los adultos y ellos traten de adivinar de qué se trata.
Jugar a qué se parecen las nubes es otra actividad cotidiana que de manara sencilla estimulará su imaginación y su asociación de imágenes y conceptos.
Los juegos de roles
Para fomentar la socialización e integración, nada mejor como los juegos de roles en grupo: en este campo los jugadores pueden convertirse en superhéroes para vencer sus miedos o jugar a las profesiones y experimentar siendo bomberos, médicos, maestros, pilotos de aviones o conductores de autobuses. Dejad volar vuestra imaginación de adultos y buscad objetos cotidianos para disfrazaros que os ayuden a meteros en el papel, pues no hay nada que más guste a los niños que los disfraces.
Los juegos en los que se intercambian los roles de la familia también son muy populares y les ayudan a empatizar con los sentimientos de los demás. El niño que por una tarde o durante un rato asume el papel de mamá o de papá mientras estos se comportan como niños, aprenden a ver la realidad desde otro prisma que les permite comprenderla mejor.